domingo, 7 de septiembre de 2008

El Fresco II

En efecto, la respuesta era el pavo.


Como muchos han dicho en los comentarios, la clave para detectar el fraude incluida en el artículo anterior era la pintura del pavo. Originarias de América, estas aves no llegaron a Europa hasta el siglo XVI. Es por tanto imposible encontrar un pavo representado en los frisos de una catedral gótica alemana.


El autor del fraude fue Lothar Malskat y la iglesia, que erróneamente he llamado catedral en el artículo anterior, es la de Santa María, en Lübeck. A pesar de ser mayor y más importante que gran parte de catedrales europeas no es la sede de ninguna diócesis por lo que, estrictamente hablando, no sería una catedral.


El pavo no fue el único gazapo voluntario que Lothar cometió durante la reconstrucción de los frescos. También incluyó ropas y armas de épocas posteriores. A la hora de poner rostro a las figuras humanas usó a familiares y amigos como modelos, cuando estos se le acabaron empezó a usar estrellas de cine. Una de las santas representadas tenía el rostro de Marlene Dietrich. ¡A otro santo le puso la cara de Rasputín!

Cuando el fraude salió a la luz, Lothar fue condenado a año y medio de cárcel. Las pinturas, de las que no existen reproducciones, fueron destruidas por orden del obispo.


Savage, George, Forgeries, fakes and reproductions, 1973

Trocchio, Federico Di, Las mentiras de la ciencia, 1998

A History of Art Forgery

Lothar Malskat


6 comentarios:

Carlos OC dijo...

¿Cuando se juzgara al obispo por destruir la obra de Lothar?

salu2, geniales las entradas

Miguel dijo...

Según la entrada en la Wikipedia, fue él mismo quien dió aviso del fraude. Ninguna autoridad se daba cuenta y él quería que la gente lo supiera, pero a pesar de delatarse a si mismo, siguieron sin hacerle caso hasta que le indicó a su abogado que le denunciara, y en el juicio él mismo demostró su culpabilidad.

Un poco attention whore sí que era el hombre :)

Fernando* dijo...

Ufff lo mas fuerte es que si el contenido original es desconocido es perfectamente válido inventarse el contenido, siempre que quede bien claro que se trata de una restauración moderna y no el original. Así pues, en la puerta de la catedral de Salamanca se puede observar un astronauta.

Mi hermana es restauradora y lo sabe muy bien. En el pórtico de una iglesia de un pueblecito que han restaurado recientemente se han puesto a todo el equipo de restauradores como apóstoles y compañía.

Unknown dijo...

¡Alucinante!.
Me has dejado boquiabierto.
Un gran artículo.
Saludos.

Luis

celebrador dijo...

¡Qué desperdicio de facultades!, cualquier profesional de recursos humanos hubiera visto un filón

Anónimo dijo...

Me imagino la cara de fieles al ver a Rasputín como santo.