jueves, 8 de mayo de 2008

La noche en que murió Tulsa

A comienzos del siglo XX, Tulsa era un pequeño pueblo de Oklahoma de poco más de 10.000 habitantes. Dos décadas después era una prospera ciudad en la que vivían 100.000 almas. Se había encontrado petroleo en Tulsa y eso bastó para convertirla en una de las ciudades con la renta per cápita más alta de los Estados Unidos. Las pequeñas casuchas se convirtieron en altos edificios comerciales y los coches a motor empezaron a llenar las calles. Fue tan impresionante y, sobretodo, tan rápido el enriquecimiento de los habitantes de Tulsa que sucedió algo inaudito: los negros también se hicieron ricos. Uno de los barrios más importante de la ciudad se llamaba Greenwood; pero, debido a que en él vivían unos 15.000 negros, todos ellos prósperos comerciantes, la zona era conocida como el Wall Street Negro.

Pocos países se han autoproclamado defensores de la libertad, la igualdad y la democracia con mayor frecuencia que los Estados Unidos. Pero mientras los americanos exportaban al mundo entero sus curiosas ideas sobre los significados de estas palabras, en casa las cosas eran bastante dificiles para mucha gente. Sobre todo si esa gente tenía la piel de distinto color. Que existiera un pequeño grupo de negros ricos en Tulsa no significaba que la ciudad fuera más abierta o tolerante que el resto del país. Lo que sucedió es que la explosión de riqueza fue tal que incluso salpicó a algunos afortunados negros. Pero no fue gracias a los blancos sino a pesar de ellos.


Los habitantes blancos de Tulsa seguían despreciando a aquellos que tenían un color de piel diferente. Los negros ricos eran acusados de poseer unos bienes que no merecían y que deberían estar en manos blancas. Cuando se paseaban en sus coches lujosos por Greenwood eran considerados unos engreídos que restregaban su éxito por la cara a los blancos tan solo para provocar. El odio crecía día a día y los crímenes raciales eran habituales y consentidos. Entre 1907 y 1920 más de veinte negros fueron cazados y linchados por turbas enfurecidas.


Un día, en 1921, un muchacho negro de tan solo 19 años pisó sin querer el pie a una chica blanca. Y el odio estalló.



La chica del ascensor


Sarah Page era una chica de diecisiete años que trabajaba como ascensorista en el edificio Drexel de Tulsa. Sarah Page era blanca. Dick Rowland, de diecinueve años, se ganaba la vida lustrando zapatos en la misma calle y aquella mañana, 30 de mayo de 1921, tenía un problema. Mejor dicho, tenía dos problemas: Dick Rowland era negro y se estaba meando. Los únicos baños para negros en manzanas a la redonda se encontraban en la última planta del edificio Drexler.


Que un negro usara los mismos servicios que un blanco era algo impensable. De igual modo que hacían distintas colas y usaban diferente transporte público, los negros de Tulsa, como los negros de la mayor parte de los Estados Unidos, usaban servicios especiales. Mientras que cualquier blanco de la zona podía entrar en la cafetería más cercana, o en cualquier otro comercio, para los negros la única posibilidad era el baño de la última planta del edificio más alto.


Rowland entró en el ascensor del edificio Drexler con intención de llegar hasta el último piso. Segundos después, según varios testigos, se escucharon unos gritos femeninos y Rowland salió corriendo del edificio. En el ascensor encontraron a Sarah Page llorando y gritando de forma histérica. Cuando le preguntaron que había sucedido, Sarah no dudó ni un instante. ¡Me ha asaltado un negro!, gritaba. Inmediatamente comenzó la caza del hombre.


Sarah Page fue conducida a la comisaria e interrogada por la policía de Tulsa. Cambió su versión varias veces, ofreciendo versiones cada vez más alejadas del asalto que había descrito al comienzo. Admitió que Rowland tan solo se había tropezado al entrar al ascensor y la sujetó del brazo para evitar caerse aunque, posteriormente, volvió a cambiar su versión de lo sucedido contando que Rowland le había pisado un dedo del pie en el que tenía un uñero y que ese era el motivo de los gritos. Puede que los policías no supieran exactamente cual era la versión verdadera pero lo que si tenían claro era que no había existido ningún asalto. No se admitió ninguna denuncia contra Rowland pero se ordenó a todos los agentes que se centraran en la búsqueda del sospechoso. El objetivo no era encarcelarlo sino protegerlo.

La prensa sensacionalista tardó poco en hincarle el diente al caso Rowland y el Tulsa Tribune del día siguiente, en una edición especial, incluía un editorial que llevaba por nombre Linchemos un negro esta noche, mientras que en primera plana destacaba el titular ¡¡Negro ataca chica blanca en un ascensor!!



Holocausto en Oklahoma

A Rowland lo detuvo la policía el día 31 en una calle de Greenwood. Tuvo suerte, los agentes no eran los únicos que buscaban al chico. Lo encerraron en la última planta del la Corte de Justicia de Tulsa y el jefe de policía ordenó a sus hombres montar guardia alrededor del edificio. En cuanto corrió la voz de que habían detenido al peligroso negro violador una multitud de blancos se comenzó a formar frente a la Corte de Justicia. Varios de ellos estaban armados y no escaseaban las caperuzas blancas y las antorchas entre la multitud. No se puede decir que en Tulsa no tuvieran experiencia en linchamientos, el asesinato de seres humanos a manos de una turba enfurecida era casi una tradición en Norteamérica. Sin ir más lejos, el año anterior un joven judío había sido sacado a rastras del mismo edificio en el que ahora estaba Rowland por una turba que lo mató en plena calle.

A medida que iba pasando el tiempo más blancos iban uniéndose a la masa. Algunos negros armados, unos veinticinco, acudieron para apoyar a los hombres del sheriff, situándose frente a los blancos. La tensión aumentaba cada minuto que pasaba, por más que jueces y predicadores acudieran al lugar a intentar calmar los ánimos. A las once de la noche, sin que se sepa aun de que lado llegó el primer disparo, comenzó la masacre. A esas alturas de la noche la turba estaba compuesta por más de dos mil personas que cargaron a tiros contra el edificio. Los negros huyeron hacia Greenwood mientras que la policía se encerró en la Corte de Justicia intentando impedir el acceso a los asaltantes. La muchedumbre enfurecida optó por dejar de lado a Rowland y perseguir a los negros hasta su barrio.


En Greenwood los rumores de lo que se avecinaba llegaron antes que la turba misma por lo que algunos tuvieron tiempo de armarse para defender sus casas mientras que otros prefirieron abandonar la ciudad a toda prisa. Los atacantes comenzaron a disparar apenas llegaron al barrio negro, aniquilando por igual a aquellos que se les enfrentaban y a los que huían.




A lo largo de aquella noche la Corte de Justicia fue asaltada en varias ocasiones por pequeños grupos pero el grueso de la turba se centró en destruir por completo el Wall Street Negro y a sus habitantes. Los incendios comenzaron alrededor de la una de la mañana y pronto se extendieron por toda la zona. Los negros eran sacados de sus casas y apaleados o tiroteados en mitad de la calle. A los que se negaban a salir, simplemente, los quemaban vivos en sus viviendas. Las jóvenes negras eran violadas en las calles de Greenwood por grupos de blancos.


Geoffrey Regan hace una escalofriante descripción de los sucesos de aquella noche:


La ley y el orden quedaron hechos pedazos, sin valor ninguno: 35 edificios de Greenwood fueron reducidos a cenizas y saqueados. Vehículos de todo tipo, conducidos por blancos, rugían por las calles arrastrando cadáveres de negros atados a los parachoques traseros. Un negro anciano y tullido fue arrastrado vivo detrás de un coche.


Conforme las hordas blancas pasaban por las zonas negras, las mujeres blancas les seguían con bolsas que llenaban con las joyas, la plata y las cortinas saqueadas de las propiedades negras. El mobiliario pesado y muchos pianos fueron destrozados, mientras que los coches se despiezaban o se les robaban los neumáticos. A la mañana siguiente casi todo Greenwood estaba en ruinas, con 1.115 casas quemadas y arrasadas, cinco hoteles, 31 restaurantes, un colegio, un hospital, una biblioteca y doce iglesias.

[...]

Un hombre del KKK fue entrevistado en su vejez, y afirmó que volvería a hacerlo.


La violencia y el ensañamiento llegaron a tal punto que seis biplanos de la Primera Guerra Mundial que había en un aeródromo cercano fueron robados y usados para bombardear la zona. Desde el aire, tiroteaban a los negros y arrojaban bombas caseras de queroseno.


Cuando, a las nueve de la mañana del día siguiente, la Guardia Nacional llegó al lugar ya no quedaba nada de Greenwood ni de sus habitantes. Los negros que no habían huido estaban muertos o encerrados en campos de detención improvisados. En una sola noche, el único barrio negro próspero de los Estados Unidos quedó reducido a cenizas. Viviendas, fábricas y comercios desaparecieron y fueron saqueados. Las estimaciones más aceptadas actualmente estiman que unos 20 blancos y más de 300 negros murieron aquella noche. Además del cerca de un millar de heridos de gravedad, casi todos ellos negros.

El genocidio de Tulsa se mantuvo oculto y se eliminó cualquier mención al mismo de los libros de historia estadounidenses. Hasta la década de los 80 el incidente no fue admitido de forma oficial. No se investigó lo sucedido hasta 1997. En 2003 se inició una causa contra el estado de Oklahoma en la que se exigía una compensación para la comunidad negra de Tulsa en forma de ayudas e infraestructuras para Greenwood. La causa fue desestimada.


Nadie fue detenido por lo sucedido en Tulsa aquella noche y, pese a las numerosas peticiones, nunca se ha autorizado la busqueda de las fosas comunes donde fueron arrojados los cientos de cadáveres.

http://en.wikipedia.org/wiki/Tulsa_Race_Riot

REGAN, GEOFFREY, Guerras, políticos y mentiras, 2004

http://www.thenation.com/doc/20010820/1921tulsa

http://www.cnn.com/US/9806/02/briefs/forefathers.sins/index.html

http://www.cnn.com/US/9908/03/tulsa.riots.probe/index.html

http://www.ok-history.mus.ok.us/trrc/freport.pdf


33 comentarios:

Anónimo dijo...

Escalofriante.

Anónimo dijo...

La verdad que, como dice Alex, es una historia escalofriante. Los seres humanos podemos ser una basura cuando nos lo proponemos. Encima el estado de USA tapó los hechos, avalándolos.

Shinta Yagami dijo...

De poca madre y pocos huevos, la gente puede ser tan barbara llegando hacer parecer a los animales mas civilizados, por eso que dicen que lo que nos distingue de ellos es la inteligencia y nocion de existencia

Anónimo dijo...

Joder...no tenía ni la más remota idea de que esto habia ocurrido en "el país de las oportunidades".pues vaya, con los blanquitos de mierda, que muchos nos creemos dioses apolos por haber nacido sin melanina en la piel...basya ya de gilipolleces racistas!!!

P.D:Soy blanca :P

Anónimo dijo...

para anonima 2:28 racistas como tu que insultas a todos los blancos por lo que hicieron esos blancos en tusla. Piensa lo que dices

Anónimo dijo...

El racismo es la respuesta del hombre ante lo desconocido, lo odiado o lo envidiado.
Mierda de sistema que permite que ocurran estas cosas. por que si, quieras o no, no es cosa del pasado, las agrsiones fascistas y racistas siguen sucediendo, tapadas por la prensa complice del gobierno, que pretenden ocultarnos la mierda que hay en el país para que creamos que la "democracia" funciona...

monsieur le six dijo...

Acojonante, gracias por publicarlo.

Anónimo dijo...

no se porque ocurre eso, ni entre negros y blancos ni entre amarillos y morados, sea cual sea la circunstancia esto NUNCA deberia pasar; y menos en este caso, porque los justos pagan por pecadores, solo que en este caso los pecadores eran los blancos y su ira.

Anónimo dijo...

Ufff, sin palabras.

Unknown dijo...

Escalofriante.
Da mucho que pensar.

Anónimo dijo...

Dios, que pena...
Vergüenza ajena siento ahora mismo

Anónimo dijo...

encima intentan ayudar con infraestructuras en esta epoca y como se nota aun el resentimiento eee.

El Viejo Dictador dijo...

Además Tulsa da nombre a un grupo bastante chulo español.
Te lo recomiendo.

Anónimo dijo...

Si yo fuera un extraterrestre y viera estas cosas diria: "Vaya mierda de civilización que están hechos estos que se llaman humanos, me voy a otra parte no sea que se me pegue algo de ellos".
Vergonzoso, esto y muuuuuchas cosas más.

Anónimo dijo...

Yo no creo que el racismo sea la respuesta del hombre ante lo desconocido, lo odiado o lo envidiado, como alguien ha comentado por ahí. El racismo es más bien la manifestación del troglodismo y subnormalidad presente en muchos pueblos, como este que arrasó a la comunidad afroamericana

Anónimo dijo...

Muy interesante el artículo. Solo una cosa: sobretodo != "sobre todo", la correcta en tu contexto es "sobre todo" es una cuestión de semántica no de ortografía o gramática.

Gonzalo dijo...

Mira que hay que ser cabrones, lo que hace la envidia y la avaricia es increible, y mas aun la americana el pais de las libertades y de la mas feroz represion, que asco.

LordVader dijo...

Un 10 al autor, un -56358 a los cabrones que hicieron lo que cuenta.

Alberto D. dijo...

Es difícil de creer que todo esa barbaridad empezara por un pisotón en un ascensor.Es increible.No me extraño de las escenas de violencia que vemos por la TV.La tradición violenta de USA viene de largo.

Alejandro M dijo...

No tenia idea de este hecho. Menudo escalofrio cuando lo estaba leyendo.

Anónimo dijo...

¿Y de esto no se puede hacer una espectacular superproducción de cine? Con historias paralelas, la situación de la ciudad antes, el incidente... todo muy muy maniqueo con buenos muy buenos y malos muy malos, como se hacen las cosas en Hollywood.

Ah, no. Que eso sólo se hace cuando los WASP hacen de buenos :)

Anónimo dijo...

Genko, también se hacen películas cuando los WASP son los malos, como la magnífica "Arde Mississippi".

Es una pena que esto ocurriera en 1921, y es una pena que esto siga ocurriendo aunque no nos enteremos.

Coronel Trautman dijo...

Buen artículo... lo que no entiendo es ese ataque a los EEUU por un caso como este fruto de la época y de la zona ( los estados del sur ), por esas mismas fechas en la URSS se esterminaban pueblos enteros.

Si, los EEUU siguen siendo los defensores de la libertad, la igualdad y la democracia; pese a quien pese.

Anónimo dijo...

... si como los romanos... pacificando...

Los estados unidos aspiran a ser jefes del imperio mundial (si no lo son ya por los que les atribuyen poderes mágicos).

Volviendo al tema, excelente forma de relatarlo. Los motivos para estas cosas están claros, es que el ser humano es tan social como territorial. Siempre encontramos ese factor diferenciador de conflicto cuando vemos nuestro "territorio" amenazado (ya sea el color de la piel, la religión, la raza, el país, el equipo de fútbol, el colegio o el piso de otros humanos como nosotros.

Con la globalización vamos dando forma a un grupo más grande pero con subgrupos cada vez más pequeños (tribus urbanas, nuevas religiones, resurgimiento de nacionalismos, ...).

ElHombrePancho dijo...

"la prensa no tardó en Hincarle el diente..."

Ramón dijo...

Coronel Trautman yo no creo que exista en el artículo un ataque general a los Estados Unidos. Hay cosas propias de USA que a mi me parecen geniales. Por ejemplo, en música, literatura o cine, por más que nos duela a los europeos, no han tenido rival en todo el siglo XX.

Pero admitir las cosas buenas de un pais no implica cerrar los ojos ante las malas. Creo que los Estados Unidos tienen un exceso de fanatismo religioso y patriótico que les hace considerarse (a un gran porcentaje de la poblacion) el pueblo elegido y les impide ver lo erroneo de muchos de sus actos.
Sin ir más lejos, no creo que la historia del artículo sea un hecho aislado producto de una época sino que yo lo veo casi inevitable dentro de la ideología norteamericana, pais fundado sobre palabras como igualdad o libertad pero que fue incapaz de dejar de lado la esclavitud de seres humanos.
Por no hablar de la politica exterior norteamericana. Con la excusa de extender la democracia y la libertad los EE.UU. llevan medio siglo arrasando paisas enteros o colocando dictadores afines a sus intereses. Para mi eso no es defender la libertad sino estrangularla. Pero ellos se lo siguen creyendo. ¿Te lo crees tú?

Las faltas acabo de corregirlas. Gracias! :)

Anónimo dijo...

Interesante artículo, como siempre.

Anónimo dijo...

Estupendo como siempre, que ya me tenias que me mordia las uñas tanto tiempo sin escribir.
Y solo un pequeño comentario. No es envidia ni nada de eso, es solo ignorancia y "masa". El individuo deja de ser tal y actuar de modo racional en el momento en que se vuelve "masa"dejandose llevar por los instintos mas bajos amparado en el anonimato que otorga la turba enfervorizada.
Un saludo de tu cuñada que te felicita una vez mas "que bien escribe el jodío..."

celebrador dijo...

Como sabes, "noches de cuchillos largos", sea por un tema o por otro, las ha habido en casi todas las latitudes y en casi todas las épocas de la historia

Cuando el sumatorio de odios individuales estalla...

Lo que pasa es que nadie reconoce en el odio individual persona a persona el origen de los hechos, todo el mundo explica con atrezzos variadísimos que si tal o cual "circunstancia"

Bueno y quería darte las gracias por tus comentarios en Reyno de Hayas; ha sido ese, el de los comentarios, el parámetro de prueba y error utilizado para fijar su contenido final como "tarjeta de visita" para Internet

Anónimo dijo...

El fenómeno de Tulsa no es exclusivo de los EEUU. Dondequiera que existe un fuerte odio subyacente, la más mínima tontería puede desatar una cadena de violencia irracional de imprevisibles consecuencias. Otros ejemplos los tenemos en el 2 de Mayo en Madrid, donde todo quisqui se puso a matar franceses, sin siquiera pensar en la elementalidad de estar en desventaja de antemano; o aquella intifada palestina que lo fastidió todo, estando cerca de culminar el proceso de paz, sólo porque cierto líder judío se paseó escoltado por la plaza de las mezquitas. El odio colectivo es tanto más poderoso cuanto más oculto se encuentra. Cuando aflora, es con una fuerza demoledora.

Anónimo dijo...

Si claro....

Como todo el mundo sabe Madrid era una ciudad de Francia en aquellos tiempos, y los franceses estaban de turismo por aqui....

HAy que ser un completo analfabeto para dar el ejemplo que has dado y compararlo con el caso de Tusla.

Anónimo dijo...

En el 2 de Mayo en Madrid, un rumor (se llevan al infante) desató una violencia irracional (a matar franceses, por ser franceses) de imprevisibles consecuencias (ciertamente ni los franceses las previeron ni los madrileños pensaron que terminarían así cuando comenzaron).

En Tulsa, un rumor (un negro ha asaltado a una blanca) desató una violencia irracional (a matar negros, por ser negros) que, por desgracia, tuvo consecuencias más que previsibles. Luego, efectivamente, no son lo mismo.

Anónimo dijo...

Impresionante... por lo terrorífico. Ya sabía de los linchamientos en Estados Unidos, pero este caso lo desconocía completamente. Joder, hasta con aviones... Qué bestias...

He estado mirando en otras fuentes, y por lo que veo, entre los blancos estadounidenses no sólo había odio y envidia... también tenían miedo de que los negros se "levantaran". Y me temo que es porque en el fondo, lo que temían era que los negros les hicieran a ellos lo mismo que ellos les habían hecho durante siglos. Y algo me dice que ese miedo a que les tocaran a sus mujeres tiene mucho que ver con los abusos que se pegarían ellos con las esclavas negras... Es curioso que la mayor parte de negros americanos tienen la piel distinta de los de África... un poco más clara y tirando a rosada... sólo se nota mucho cuando has comparado muchas veces (y has pintado muchas pieles y comparado muchos tonos), pero yo diría (aunque no tengo pruebas), lo admito, que entre los negros estadounidenses hay bastantes con algún antepasado blanco.

No sólo había envidia, odio y mala baba... creo que también había alguno pensando "como nos quieran hacer a nosotros lo que nosotros a ellos... ¡glups!" O sea, que sabían que algo malo habían hecho.

Por desgracia, está visto que las cosas no cambiarán hasta que se muera el último de los que vivieron aquella época. Acaba de morirse hace poco el último senador (electo) que seguía defendiendo la segregación racial... Lo que me joroba es que no haya llegado a ver a Obama de presidente, pero bueno, por lo menos le ha visto elegido, y con un poco de suerte le habrá amargado los últimos días.

No sé si conoces el ejercicio de clase de Jane Elliot... yo no lo conocía, pero me parece interesantísimo. Es algo así como el de la cárcel de Stanford o el Milgram, pero diciéndole a niños que son diferentes. Supongo que tú ya lo conoces, pero te dejo el vínculo porque me he acordado del experimento al leer tu entrada.

http://en.wikipedia.org/wiki/Jane_Elliott#Classroom_exercise

Es curioso que los que han discriminado y maltratado parecen tener miedo de las represalias, pero los que han sufrido la discriminación no quieren perpetuarla en otros... O, bueno, el ejercicio de Elliott es anecdótico, habría que ver qué resultados da en adultos.

Un saludo, y enhorabuena por tu blog. Es de lo más educativo.

Una pregunta sí te quiero hacer. He estado bicheando por ahí y en las fuentes normales no veo lo de las violaciones a las negras. Lo veo muy probable, dado el hecho de que los blancos parecían volcar sobre los negros sus miedos y frustraciones y no otra cosa. No sé si me explicado, pero bueno, da igual: excelente artículo, me ha encantado. Da gusto leer blogs tan bien redactados y explicados, sin faltas de ortografía, y educativos.

Bravo.

P.D: Gracias por comentar en el mío. Se hace lo que se puede, aunque no sé de tantos temas como tú.